Recuerdos, miles de ellos vienen a
mi mente ahora que no estas conmigo, solo me refugio en mi habitación
pensando en lo que pudo haber sido, en lo que seria si aun estuvieras a
mi lado. Cada parte de mi cuerpo te añora y grita por tu regreso; te
fuiste un día sin decir nada, quizás por que ya no me querías, o no te
daba el amor que te merecías, yo andaba tan ocupado con el trabajo, las
clases, los amigos, que te deje de lado, no supe valorar ese amor tan
grande y sincero que sentías por mi.
Definitivamente creo
que caí en la costumbre de tenerte tan cerca de mi, que no podía pensar
en la posibilidad de tu no estabas atada a mi, y eras tan libre de
abandonarme y merecido lo tenia. Pero aún te recuerdo, sobre todo cuando
cae el alba y me escondo en mi cama, que te añora tanto, pero no tanto
como yo. Respirar tu aliento, sentirlo al lado mío, abrazándote por las
noches luego de entregarnos uno al otro, de darte todo el amor que
sentía y aun lo siento; pero lo tenia aparcado.
Echando
de menos nuestro paseos, cuanto amabas la naturaleza, que siempre
querías ir “al verde” sentir, la hierba entre tus manos, entre tus pies,
caminando como una niña sin zapatos, manteniendo así el contacto con la
naturaleza, ella y tu; en uno solo. En especial recuerdo los
maravillosos paisajes rumbo al camino de Santiago; en los cuales te
cansaste de hacer de modelo para mi, por que me decías que estabas
horrible, lo cual no era cierto, por que con esa sonrisa que tienes
iluminabas el cielo. Y como te decidiste a hacerlo, aunque requería un
esfuerzo físico al cual yo no estaba acostumbrado, pero ahí estaba a tu
lado, y tu animándome a seguir, diciendo que nos sentiríamos renovados
al llegar, y como siempre tenias toda la razón.
Te quise
desde el primer momento que te vi en esa cafetería, desde la primera
sonrisa que me regalaste, desde el primer beso que me diste,
probablemente no te merecía y hoy es cuando me doy cuenta de ello. Lo
mas seguro es que nunca llegues a leer estas palabras, ya que solo las
escribo como una forma de desahogarme, de desatar esta ira que llevo
dentro de mí, pero con este breve relato.
Tus caricias
me han abandonado, tus calidos besos antes de acostarme, o al
despertarme por las mañanas, las noches en que te entregabas a mi, pero
sin duda lo que mas echo de menos es tu sonrisa, aquella por la cual era
capaz de todo, el mundo era mío; cuando me sonreías así, era
invencible.
La casa se siente vacía sin ti, es como si te
hubieses llevado una gran parte de mi alma, ya que esta no descansa en
paz, solo suspira por ti y reza por que vuelvas algún día, y te lleves
lo que dejaste, a mí.
Hoy me di cuenta lo que perdí, solo
deseo desde lo mas profundo de mi corazón que seas feliz, y que
encuentres a un chico que te ame tanto o mas que yo, que sepa valorarte,
por que como persona eres de lo mejor que he conocido, te amare
siempre, pero también deseo algo para mi, y es poder olvidarte y se que
no será fácil, pero iré despacio, haré mi vida en solitario, dormiré
solo en mi cama, pero siempre, siempre, siempre, siempre faltaras tú.
Verónica Dávila Verástegui
Verónica Dávila Verástegui
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