jueves, 13 de diciembre de 2007

¿Sueño o Realidad?

¿Sueño o Realidad?
De: Paloma Rodríguez
[Relato publicado en la revista piloto durante el año académico 2006/2007]


El sol les quemaba la nuca, y entre el peso de las mochilas, y que no había una sombra en varios kilómetros a la redonda, estaban sudando; pero no les importaba. Estaban felices.
Habían acabado los exámenes ese mismo día, y por fin habían llegado al sitio donde pensaban
acampar ese fin de semana pera celebrar las vacaciones. Su felicidad hubiera sido completa si su amigo Juan hubiera podido ir pero le era imposible y, a cambio de eso, cuando Pepe se enteró de que Juan no iba se había auto invitado con todo el morro. Pero bueno, no por eso iban a estar de morros. Estaban decididos a pasarlo bomba y no iban a dejar pasar esa oportunidad.
Cuando llegaron al sitio donde pensaban acampar, Pepe como siempre se puso a decir que tenían que hacerle caso a él porque era el que más sabía; pero nadie le hacia ni caso… Clara y María, agotadas, se dejaron caer en el suelo apoyando la espalda contra una roca mientras Luis y Pepe intentaban montar las tiendas y se reían de lo vagas que eran…
En eso, María miró haciéndose la ofendida por sus bromas encontró en el suelo un collar precioso, hechos de piedrecillas muy pequeñas que según les daba la luz parecían verdes o azules, y tenían unos reflejos increíbles que te absorbían y no podías dejar de admirarlo. María se lo puso enseguida al cuello mientras se lo enseñaba a los demás.
Una vez montadas las tiendas se fueron al pueblo más cercano a comprar algo de comida para los días que pasaran allí. Entonces les pareció que un anciano que parecía tener mil años no les quitaba los ojos de encima. Inquietos peguntaron a la amable vendedora si le conocía y ella contestó con una sonrisa que no se preocuparan, que era un anciano encantador que vivía en el pueblo desde siempre y que las abuelas del lugar comentaban que cuando ellas eran niñas ya era tan viejo pero nadie sabia su edad por que cuando le preguntaban sonreía y no contestaba.
Pero que era un hombre muy amable que se sabia todas las leyendas de los alrededores y que si se acercaban a él seguro que les contaba alguna.
Siguiendo el consejo de la vendedora se acercaron al anciano para que les contara alguna leyenda ya que no tenían nada que hacer más urgente. Cuando llegaron a él, cualquiera diría que les estaba esperando sentado en una silla a la puerta de su casa, “tomando la fresca” según dijo. Se quedo mirando el collar de María porque, según dijo, le recordaba al collar de la leyenda del lugar. Se dispuso a contarles la historia. Se aclaro la garganta y contó:
Hace cientos de años no se sabe exactamente cuántos, vivía en la aldea que había donde ahora está el pueblo, un montón de campesinos que se dejaban la piel trabajando el campo para poder pagar los impuestos que les exigía su señor, un conde de poca monta al que todas las mujeres nobles habían rechazado por ser pobre. Se comentaba que su madre le era infiel a su marido y que el no era hijo del conde, por tanto no tenía sangre noble y nadie quería tener nada que ver con él, llamado el conde Guzmán. Los campesinos, a pesar de todo lo que trabajaban, estaban contentos pues en dos días habría fiesta en el pueblo ya que Aday y Teseo se casaban por fin.
Aday era un chica castaña clara con reflejos rojizos en el pelo, ojos miel y un cuerpecito pequeño que le hacia parecer delicada cuando en realidad era una persona muy decidida, y testaruda. Aun así era amable con todo el mundo y sobre todo era trabajadora. Estaba enamorada de Teseo, un chico de dos años mayor que ella, avispado, inteligente, fuerte y solicíto.
Hacia años que estaban enamorados
el uno del otro pero había decidido esperar a que Aday creciera un poco para casarse. Por fin, sólo faltaban dos días.
Ese día Teseo fue a casa de Aday para regalarle un collar precioso, como el que llevaba María, diciéndole que el collar dejaría de brillar cuando él dejara de quererla. Ella emocionada lo besó y se despidieron tan contentos sin saber que el destino les tenía preparada una desagradable sorpresa.
La sorpresa del destino era proporcionada por el conde Guzmán que, harto de tantos desaires de las damas nobles, se decidio casarse con una campesina de la aldea. Sus ojos se posaron en Aday, a quien mando secuestrar esa misma noche de su casa para ser llevada a palacio. Una vez allí el conde le ordenó que se casara con él con pena de cárcel si se negaba. Aday, orgullosa como era, dijo que estaba enamoradas de Teseo y que no quería casarse con el conde. Pero contra todo pronóstico, el conde no se enfadó. Se limitó a sonreír y a pedir que prepararan los aposentos a su futura esposa. Nada más salir esta de la habitación, mando matar a Teseo.
Teseo fue despertado en mitad de la noche por el anciano Quarle, el consejero y curandero del pueblo que sabía algo de magia pero era un poco chapuzas lanzando hechizos. El anciano avisó a Teseo de los planes del conde y le mando esconderse en el bosque hasta que tuvieran un plan para salvar a Aday.
Cuando Aday despertó a la mañana siguiente, el conde la estaba esperando para desayunar y decirle que Teseo había muerto esa noche. Cuando Aday oyó eso se desmayó del dolor y al despertar decidió que la vida sin Teseo no tenía sentido. Decidió llamar al conde para decirle que no hiciera daño a su familia, que se casaría con él. ¡Qué más da! -se decía a sí misma- sin Teso mi vida no tiene sentido. Sé que jamás amaré a nadie que no sea él, y ha muerto por mi culpa. Si yo no se lo hubiera nombrado al conde, no le habría matado. Ahora mi vida esta vacía y no quiero que haga más daño a mi familia.
Rezaba llorando para que Teseo, que seguro que estaba en el cielo, la entendiese y la perdonase por prometerse con otro hombre un día después de su muerte. Cuando pudo dejar de llorarle y se sereno; fue decidida a la ventana y tiró el collar que seguía brillando cono el día anterior. Aday pensaba que era indigna de llevar un collar que simbolizaba el amor, si se casaba sin amor y sin ganas de vivir.
Mientras en el pueblo el anciano se devanaba los sesos buscando una solución para salvar a Aday y no se le ocurría nada, decidió lanzar un conjuro que hiciera que el tiempo pasara más despacio y le diera tiempo para pensar un plan que pudiera llevar a cabo.
Pero, como ya hemos dicho, era un chapucero, en vez de hacer que el tiempo fuera más despacio lo paró del todo. Todo el mundo en el pueblo cayó en un sueño eterno y el tiempo se paró para siempre en esa aldea…
Cuando el anciano terminó la historia así con ese final que no era ni feliz ni desgraciado del todo, se quedaron en silencio, sumergidos en sus propios pensamientos. Cuando unos minutos después Luis miró el reloj y vio la hora se apresuraron a despedirse pues el anochecer estaba próximo y no querrían perderse a la hora de llegar a las tiendas. En el camino estuvieron silenciosos y pensativos pero cuando llegaron a las tiendas y se pusieron a hacer la cena, se les pasó y volvieron a alborotar como siempre. Pasaron una noche increíble, riendo, hablando de todo y de nada pero por fin se fueron dormir cansados de un día tan intenso…Quién diría que esa misma
mañana habían hecho un examen…
Cuando blanca la criada del conde guzmán despertó aquella mañana todo el mundo estaba acelerado preparando la boda del conde, pero ella se sentía rara. Sabía quién era. Se llamaba Blanca y llevaba 14 años al servicio del conde, sin embargo algo no le cuadraba, se encerró en su cuarto pretextando que se encontraba mal…necesitaba pensar… había algo que no le cuadraba en su vida, si ella era Blanca por qué pensaba que se llamaba Clara y por qué llamaba a la señora Aday Maria, por qué tenia el recuerdo de otra vida con cosas que no existían, por lo menos no en esa época… Cuando consiguió ordenar un poco sus pensamientos, se dio cuenta de lo que pasaba aunque tenía dudas de si no estaría loca. Pero ella se llamaba Clara y no tenía más que 18 años, y estaba dentro de la historia que el anciano les había contado. No sabia cómo pero cada uno de sus amigos era un personaje de la historia y si Aday era María y Pepe era Guzmán, no hacía falta ser muy listo para saber que Luis sería Teseo. Corriendo salió de su cuarto y fue a hablar con Aday pera decirle que Teseo seguía vivo, que retrasara la boda lo más posible para poder darle tiempo a Teseo a poder llegar para salvarla. Aday le dijo al conde que quería retrasar la boda dos horas pero el conde se negó y después de suplicarle mucho accedida retrasarla media hora, ni un minuto más. Aday estaba entre desesperada y contenta. Y no entendía por qué llevaba el collar al cuello si pensaba que lo había tirado pero no había tiempo para pararse a pensar. Mando a Blanca-Clara a hablar con el anciano Quare para pararle antes de que realizase su conjuro. Curiosamente el anciano no
pareció sorprenderse con la historia de la criada y la creyó de inmediato. Después de
pensar un rato los dos juntos tuvieron una idea brillante. Ahora que contaban con una
aliada en el castillo del conde le darían un bebedizo para que durmiera durante horas mientras el anciano iba a avisar a Teseo al bosque. Para entrar al castillo con ayuda de Clara se pondría los vestidos del conde y se casaría con Aday en lugar del conde y para cuando el conde despertara ellos ya estarían lejos y casados por la iglesia.
Todo el plan salió bien excepto una cosa. El conde estaba tan nervioso con la boda que no se bebió el vaso entero con el bebedizo y se despertó antes de tiempo, justo cuando Aday decía el “sí quiero”. Cuando la llorosa Aday vio al conde gritando no entendía qué pasaba si el conde estaba allí ¿quién era ese que tapaba su cara con un gorro tan aparatoso?
Entonces le quitó el sobrero de un
manotazo y descubrió a su amado Teseo. Entonces rápidamente descubrió que había pasado. No sabia como lo habían hecho pero le daba igual ella estaba con su amor. Teseo no dio tiempo a deleitarse y agarrándola del brazo la obligó a ir corriendo a las cuadras donde montaron un caballo seguidos de Blanca que descubierta su traición al conde, la condenaría a muerte. Pero el conde también fue rápidamente a las cuadras y galopó tras ellos para darles alcance y vengarse.
No llevaban recorridos ni dos kilómetros cuando vieron el caballo del conde acercándose peligrosamente a ellos, pero cuando estaba a punto de cogerles el caballo de Teseo y Aday y el caballo de Blanca cruzaron un río y al llegar a la otra orilla ya no estaban Teseo y Aday en un caballo y Blanca en otro, solo estaban Luis, María y Clara tirados en el suelo… y pronto se les unió Pepe porque el conde metido en la persecución cruzó el río también y llegó a la otra orilla
convertido en Pepe.
Cuando se recuperaron de la sorpresa, no se lo podían creer. Mientras se ponían en marcha para volver al campamento se dieron cuenta de que María no llevaba el collar. Y entonces decidieron ir al pueblo a ver al anciano al que pidieron que les contara la historia y la historia era igual en todo menos el final, ya que la leyenda después de contar la boda entre Teseo y Aday, decía que huyeron y el conde nunca los pudo alcanzar…
María, después de tanta aventura, estaba un poco triste y Luis se dio cuenta de ello y empezó a bromear del “sí quiero”que le había dado minutos antes en el altar. María se enfadó con él y le preguntó si haría lo mismo por ella que Teseo por Aday. Él no supo que contestar.
Hacía tiempo que sentía algo por María y había estado pensando si algún día podrían estar juntos, pero en este momento no sabía qué decir. María al ver el silencio que Luis guardada empezó a andar y éste le detuvo y la beso y dijo que aunque el no fuera Teseo, tampoco hubiera dejado que se casase con otro hombre al que no amase.
Finalmente recogieron el campamento y se fueron, pasaron por la ciudad para despedirse
del anciano, pero nadie sabía qué había sido de él. Desilusionados fueron a la estación para coger el autobús de vuelta casa.
María creyó ver a lo lejos al anciano Querla, se acercó y le saludo e intentó explicarle lo
sucedido. Pero pronto quedó callada sabiendo que el anciano ya sabía lo que había pasado.
Querla sonrió y le dijo “gracias, me habéis salvado, yo dormí al pueblo, el error
fue mío. Ahora podré descansar, ha llegado el momento de desaparecer y descansar” y le dio un beso en la frente a María. Luis llamó a María pues el autobús ya se iba. Ella se fue a despedir con un beso del querido Querla y cuando se giró, éste ya no estaba.
En el autobús sentada al lado de Luis, se dio cuenta de que lucharon por el amor de Aday
y Teseo. En ese momento vio que a su lado estaba Teseo en vez de Luis, pero solo fue una ilusion. Entonces decidió que si habían tenido fuerza para luchar por un amor que no era el suyo, nadie podría con el suyo igual que nadie pudo con el de Aday y Teseo.

Paloma Rodríguez

No hay comentarios: