El chuplaneta
De Enrique Laborda, Graciela González, Daniel García y Laura Ruíz
[Relato publicado en la revista piloto durante el año académico 2006/2007]
Amaneció otro día más en el mundo de Piruleta. Su planeta era llamado Chuplaneta.
Era un dulce domingo por la mañana cuando las familias, Ladrillo, Huevo, Melón, Palote... y en definitiva todas las que habitaban el planeta estaban de camino hacia la plaza donde se levantaba un monumento a su dios. Alli los ancianos contaban la historia de la humanidad a los más jóvenes pues no querían perder su historia.
El más anciano ya estaba sentado bajo la estatua del Gran Palo, su dios, que era adorado por todos. Nunca nadie lo había visto, pero algunos basándose en los estudios teológicos aplicados a la palología, decían que era de azúcar. Su creencia principal es que Palo siempre fue, nunca fue creado. Esto es lo primero que se enseña a los niños, y más tarde aprendían la historia de la creación de su mundo para que vieran el poder de Palo y lo adoraran. Esa era la lección que hoy
tocaba.
El anciano comenzó:
El primer día Palo creó el chocolate y la vainilla. En esta colocó un gusiluz que les iluminaba
y les daba calor, ¡oh, gran problema! Podían derretirse por lo que el sabio Palo decidió apagarlo durante unas horas creando de este modo el día y la noche y los separó, quedó satisfecho con ello y se fue a descansar.
El segundo día separó el chocolate de la leche dando lugar a las partes sólida y líquida.
El tercer día, viendo que alguien debería disfrutar de estas maravillas, creó a los seres dulces, con voluntad propia, que como se aburrían combinaron chocolate y leche formando
una gama de sabores espectaculares.
Y dios vio que todo esto era muy empalagoso y se cansó, asi concluyó la creación”
Los niños estaban tan absortos con las enseñanzas que el anciano continuó con su relato:
“Azucarados días más tarde surgió un profeta. Era un hombre sencillo que cavando en una mina en busca de avellanas y almendras oyó la voz del gran Palo que le dijo: “ Piruleto yo soy el que soy, dulce y amargo a la vez, soy el dios del chocolate y la vainilla y te ordeno que propagues mi doctrina. Libera a mi pueblo de la diabetes y envíale a la tierra que emana muesli, frutas, verduras y cereales integrales, llamada Special K.” de esta forma surgió el Caramelismo.
Semanas más tarde Palo envió a su hijo a Chuplaneta para salvarles, pues no habían hecho caso al profeta. Su nombre era Dulcisto y tenía largas melenas chocolateadas y barba de mazapán.
Predijo que todo se volvería agrio si no iban a la tierra de Special K. Los seres del planeta prefirieron adorar a otros dioses y no cumplir la promesas, crearon naves espaciales de
algodón de azúcar ya que el profesor Huesito descubrió un planeta creado de glucosa.
Todos se pusieron en marcha, menos una pareja que siguió creyendo en Palo y se quedó. Una vez en el espacio descubrieron desolados que el planeta de glucosa no existía. Todo había sido una alucinación del profesor por una bajada de azúcar. Se quedaron en la nave hasta que perecieron y en el mundo sólo quedó una pareja de la que procedemos ya que Palo les condujo a la tierra de Special K por su lealtad, y gracias a ellos tenemos frutas, verduras y cereales en nuestro
mundo”
Finalizada la historia del anciano los niños dieron gracias a Palo por librarles de la diabetes y se fueron a sus casas.
Enrique Laborda
Graciela González
Daniel García
Laura Ruiz
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