De: Tomás González Santos
El mar está mudando su traje de plata
por el oro del amanecer.
La dama de noche exhala sus últimos
suspiros, llenándolo todo de su embriagador
aroma.
Colores: amapolas, jazmines, lirios, petunias y lilas compiten en belleza, visten sus mejores
El vinilo da vuelta en el tocadiscos, “La vida en Rosa” me acompaña, la cascada, áspera y a la vez dulce voz de Piaf lo envuelve todo.
Mi mano se desliza sobre tu calida piel, tus rizos, sedosos, suaves como una liviana pluma se enredan entre mis dedos. Tus ojos, como la miel, me miran fijos, parece que hablaran. ¿ Que nos podemos decir con palabras que no digan nuestras miradas? .
¡Cómo lo recuerdo!
“Des nuits d'amour á plus de finir
Un grand bonheur qui prend sa place
Des ennuis, des chagrins s'effacent .”
“De las noches de amor se puede morir,
Una gran felicidad toma su lugar,
Los aburrimientos, las pesadumbres
se borran”
Parece que su letra estuviera escrita para nosotros.
El mar es como si despertara, exhibe su nuevo traje.
Los días de gozo y felicidad vividos junto a ti, solo son una sombra en la memoria
La enfermedad que hizo presa de mi cuerpo no pudo con mi alma, la tuya estuvo siempre dispuesta a socorrerme en los momentos de debilidad. Solo tenias que poner tu dorados ojos en mí y, las ganas de vivir volvían con más fuerza.
¡Dios, como te echo de menos!
Mi falta de valor para despedirme de ti no deja de removerse en mí cada día. No me da descanso. Nuestra despedida era demasiado para mí animo decaído..
Mi amor egoísta no puede entender el porqué de tu marcha.
Tu falta es insoportable. En cada rincón esta tu sombra, tu mirada, tu aliento. Nunca te iras de mi lado y, tal como hiciste siempre, hasta el último de mis días, estaremos juntos.
Dijiste Libertad antes que nadie,
Cuando el susurro iba de piedra en piedra.
(Pablo Neruda).
Espérame tras de la puerta y goza de tu nueva libertad,
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