lunes, 2 de agosto de 2010

Perfecto


Perfecto
de Alberto Motto Grajera


El hombre se veía cansado y agotado, pero sonreía.
—¿Por qué sonríes? —inquirió su mujer al verle entrar en el dormitorio.
—Ha sido un día perfecto.
cerezocerca.jpg—¿Perfecto? Creo que perfecto no es la palabra adecuada —sugería algo nerviosa—. Sé que has llegado tarde al trabajo y que tu jefe te ha reñido, y ahora has salido tres horas más tarde de lo normal. Además, mírate, estás empapado —remató con desdén.
—Bueno —dijo mientras se cambiaba de ropa—, hoy en el autobús, una mujer se puso de parto y hubo que parar en mitad del trayecto. Cuando se tranquilizó, cogí un taxi con ella, y llegamos al hospital. El jefe de guardia me regañó por no haber llamado a los compañeros de la ambulancia, pero lo entendió cuando le expliqué que habríamos tardado más. El parto fue largo, y éramos pocos enfermeros, por eso he salido más tarde. La mujer le ha puesto mi nombre al niño... —el hombre quedó pensativo por un instante—. Es verdad, llueve, no ha sido un día perfecto —finalizó sin dejar de sonreír mientras se metía en la cama.

Alberto Motto Grajera

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