Era una vez el cuentito de Camaleón Camito o de Camito, el Camaleón, que cambiaba de color dependiendo de la situación.
Como consecuencia de una ictericia al nacer, de color amarillo quedó al tiempo que la bilirrubina le subió.
A verde de rabia cambiaba, si le llevaban la contraria
Se ponía azul de frío el camaleón, si le apagaban la calefacción.
Cuando se enamoraba, casi no hablaba y roja la cara se le tornaba.
Morado se ponía, cuando nueces, su comida preferida, comía.
Color vainilla de placer adquiría cuando la siesta dormía.
Camito Camaleón, este cuento de colores se terminó y Camaleón Camito, este cuento es finito.
Amparo Cobos Roldán
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