martes, 15 de abril de 2008

The Cult of Power: Deathly Hallows

The Cult of Power. Parte III: Deathly Hallows
De: Silencio Dogood

Capítulo 3:

Llegó la noche y el edificio comenzaba a estar desierto, en la última planta, en el pasillo de la izquierda, tras la puerta de cristal corrediza y dentro de un cuarto iluminado por una solitaria bombilla, un profesor conseguía a golpes la información que necesitaba de un muchacho que lloraba pensando en las consecuencias que sucederían de ese interrogatorio.

Serrano casi no podía conmigo, baje del 4x4 como pude y caminamos hacia el garaje allí habían tres cubos de pintura grandes. Pensé acertadamente que esos serian los moldes de los pies de cemento que nos iban a calzar.

Estaba claro nos iban a tirar al pantano que cerca de ahí se extendía a unos 200 metros de las caballerizas. Comencé a calcular las opciones; El hombre del traje había dejado el trabajo sucio a Serrano, él prepararía el cemento esperaría a que fraguara y acabaría con nosotros, seguramente era como una tarea impuesta por fallar en su prueba o algo así.

Además se había cambiado de ropa, llevaba un mono azul y unas botas de lluvia, de ahí mi conclusión sobre quien sería nuestro ejecutor.

A Txomin le costó dejar sin sentido a aquel chaval, ya le había reducido y tenía la información pero no se podía fiar de él.

A Leticia y a la chica rubia de pelo corto, también las bajaron a trompicones del BMW X5. Ahí estábamos tirados en un garaje de una finca viendo como un energúmeno mezclaba torpemente la arena con agua y cemento, preparaba en el suelo una mezcla fría y gris que seria nuestra perdición sino lo evitábamos.

La oscuridad ayudaba a mi profesor a deambular por los pasillos sin ser visto. Con el sigilo de un gato bajo hasta la primera planta se metió en una clase y saltó por la ventana. Con los pies ya en la hierba rodeo el edificio circular y se adentró en el jardín que se extiende detrás de la facultad. Llego por fin hasta la escuela judicial el lugar donde se instruye a los futuros jueces y demás doctorados. Allí solía aparcar él por razones sentimentales ya que cuando era alumno de primero se confundió de facultad y dio todo un día de clase rodeado de jueces, doctorados y demás juristas sin que nadie le advirtiese que primero debía pasar al menos cinco años en el edificio de al lado y sacarse la licenciatura si quería estudiar allí un doctorado.

Nunca comprendió como aquel sitio llegó a convertirse en un caldero de alumnos clasistas y de favoritismos nada disimulados.

Tenia poco tiempo arranco el motor y puso rumbo al oeste de Madrid, tres inocentes corrían peligro.

Dios bendiga a los metrosexuales pensé, justo como predije, el gorila trajeado no quería mancharse las manos ni el traje, así que le susurro algo al oído a un sudoroso Serrano y se largó del garaje, no sin antes echar un vistazo lascivo a la chica de pelo rubio que no pudo hacer más que agachar la cabeza y por primera vez en su vida rezar en serio para que no le pasase nada.

Rozaba la media noche y el Renault Megan, azul bala de Txomin circulaba a gran velocidad por la M501. A su vez un aprendiz de gorila despertaba y cantaba todo lo sucedido. Cuando el profesor llegase a la finca, le estarían esperando.

Ya estaba cerca de la ubicación de la finca descrita por el chaval que a estas horas ya habría despertado y que seguramente estaría siendo reprendido por lo que había echo.

El Megan azul circulaba despacio por la urbanización, ahí estaba, bajando una cuesta una puerta metálica cerraba el paso a un camino culebrero flanqueado por árboles que se perdía en la oscuridad de la noche.

Debía actuar rápido habían pasado unos diez minutos, desde que el trajeado se había ido. En ese tiempo de mi cabeza casi llegó a salir humo de tanto pensar en como sortear ese cruel destino. A la desesperada me revolví y revolví hasta que Serrano harto de mi me quito la mordaza y sin contemplaciones me soltó una patada en el estómago.

- ahora puedes gritar si quieres. Rió.

- casi sin aliento por el golpe, le espeté - yo si te vi a ti gritar esta tarde como una nena.

Recibí otra patada, mereció la pena pensé en ese momento, pero al ver esos ojos verdes derramar copiosas lágrimas me pensé dos veces lo que intentaba hacer, a ¿donde quería llegar con eso? Realmente ¿serviría para algo?

Los lloros se contagian y la otra chica explotó en aquel momento, gritó tan fuerte que Leticia, Serrano y yo dimos un bote del susto.

- quiero que pare. Entendí entre sollozos y lucha contra la mortaja.

Serrano puso de pie a Leticia calmada donde las haya pero llorando sin poder parar, tenía un moratón en el brazo, es hasta la fecha lo más entristecedor que he visto.

La cogió de los brazos y ella chillo de dolor y yo de odio desde el suelo, sin poder hacer nada. De pie, le metió sus pies en el cubo de pintura vacío y con una pala y lo fue rellenando hasta cubrirlo casi hasta rebalsarlo.

- como te caigas a propósito y tenga que volver a empezar de nuevo, te aseguro que desearas estar muerta cuando te posea… por detrás… jajaja.

- cerdo de mierda, si le tocas un pelo…

- ¿que? ¿Que vas a hacer mierdecilla? Dio dos pasos hacia mí sosteniendo la pala en postura de agresión.

Pensé en frío, si caía inconsciente ahí se acabaría todo. Me calle, la mire implorando consejo, sus ojos me decían cállate, pero sus labios asomando sobre la mortaja decían…

Mientras escalaba la valla metálica, Txomin pensaba que tarde o temprano alertarían su presencia así que se dio toda la prisa que pudo. Cayó al suelo desde una altura considerable y recorrió el camino hasta llegar cerca de una casa que pudo reconocer como estilo del Albarracin, propio de Granada.

No dio ni dos pasos cuando una sombra vestida de traje, lo atacó por la espalda.

Txomin cayó hacia delante, su atacante avanzo hacia él y le propino una patada en el estómago. Nunca antes se había peleado dos veces en un mismo día estaba muy cansado pero aun así antes de recibir la segunda patada, rodó hacia un lado y la esquivo.

Dentro del garaje no me gustaba pero, yo ya sabia lo que debía hacer al igual que Leticia que ahora me miraba mientras Serrano repetía la operación con Clara.

Afuera los dos hombres se curtían a golpes que resonaban por todo el valle, rodando los dos por el suelo, al gorila se le cayó la pistola. Ambos pugnaron por cogerla pero una chica de pelo corto y rubio apareciendo de la oscuridad y la cogió antes que cualquiera, ahora ella pediría explicaciones.

La idea de Leticia era muy arriesgada sobre todo para ella, mi cabeza me decía que podía funcionar pero mi corazón me gritaba que si no resultaba nos arrepentiríamos el resto de vida que nos quedara.

Sus ojos verdes se cerraron y de dejo caer a propósito hacia detrás.

- mierda, hija de la gran puta. Lo has hecho a posta, ahora te vas a enterar de lo que es bueno…

Serrano la comenzó a desatar y le propinó un puñetazo, se quedo inerte. A mi se me heló el corazón pero todo salía como estaba previsto, ahora ella “estaba” inconsciente.

Torpemente Serrano le quitaba los pantalones a Leticia, estaba loco, se levantó y se puso a quitarse el mono, yo debía esperar. Aun no, aun no pensaba…

Ahora!

Leticia abrió sus ojos y como si lo hiciese a diario dio una patada brutal (hasta sonó) en la entrepierna a un Serrano desnudo. Ella se levanto y corrió hacia mí.

- NO, no a mi no. Le dije. La pala, la pala, ¡dale con la pala!

Serrano gateando intento hacerla tropezar pero fue en vano, lo último que vio fue una preciosa joven en braguitas propinándole un certero golpe en la cara.

Éramos libres.

Salimos al exterior en silencio y oímos la trifulca, enseguida reconocí a Txomin, los tres corrimos hacia la pelea y allí la chica rubia cogió el arma.

Clara apuntaba al matón del traje.

- ¿pero como? ¿Y Serrano?. Balbuceaba el gorila

- esto por atacarme por la espalda, grito Txomin, mientras le daba un puñetazo al trajeado.

Al caer de rodillas, el hombre se puso cabizbajo, sabía que lo había hecho mal, recibiría un castigo y eso realmente lo asustaba más que una adolescente cultivadora de Marihuana lo apuntase con una pistola.


Los de verde llegaron y les explicamos lo sucedido, difícil de creer, cierto, pero el asunto aun hoy no esta claro del todo, al gorila lo acusaron de todo, nosotros sabíamos que le usaban de cabeza de turco. A Serrano le cayeron 122 años de prisión por intento triple de asesinato y de los demás nada se supo.

Ni Harry Potter podría haber hecho tanta magia en menos tiempo, cuando la policía llego el aula magna estaba como si allí nunca hubiese pasado nada.


El consiguió el respeto de sus compañeros de profesión además de un rápido reconocimiento en el ayuntamiento, por supuesto sin prensa ni fisgones de por medio.

Seguiría aparcando sentimentalmente como cada mañana, su Megan azul bala en el edificio equivocado.

Ella se salvo in ex-tremis de cargar con la culpa de plantar una hierba ilegal en la azotea de un edificio público y al año siguiente se cambio de carrera, concretamente a Biología. Aun tenia la marca de la culata en la cabeza pero eso ahora le daba más fuerza y sobre todo confianza en si misma y ya jamás tuvo miedo.

Ellos se fueron de rositas, nos creyeron todo menos la parte de la sociedad secreta. Pero me contento con pensar que en algún lugar hay un hombre con gafas y con barba que por un día vio su mundo derrumbarse por tres chavales incorregibles y que ahora vive con la certeza de que un día caerá y cuando lo haga no habrá ningún amigo para socorrerle.

Nosotros, nosotros simplemente decidimos olvidar, seguir adelante, avanzar a tientas por este mundo oscuro lleno de sociedades secretas y otras no tan secretas pero igual de oscuras, pero eso si, siempre el uno junto al otro.


…...Tumbados en la hierba del retiro dos jóvenes han sido hallados muertos a causa de dos disparos certeros, se descarta la idea de la Banda terrorista ETA, al parecer ha sido un ajuste de cuentas……


Silencio Dogood

No hay comentarios: